Parte 2: Proyecto de Cooperación.
Una vez que ya estábamos divididos, y desperdigados, por las familias del pueblo, comenzó nuestro proyecto de cooperación en el que me asignaron la tarea de dar clases de informática e inglés.
Fruto de la buena suerte, mi compañero tenía un nivel de inglés casi nativo pero su conocimiento de informática no era tan bueno, así que, sin discusión, nos dividimos las tareas. Sin ser un especialista en la materia, y sin que nos dieran los típicos consejos de cómo llevar una clase, me convertí en el profesor de informática de la zona.
Antes de organizar los diferentes grupos, nos enseñaron el aula donde impartiríamos clases. Una humilde habitación con suelo de tierra, varios bancos de madera cada cual más cojo que el anterior, unas paredes que el mínimo roce te dejaba mierda para el resto del año, una pizarrita que no entraba el abecedario completo con unos rotuladores que difícilmente funcionaban y lo peor, no había ningún enchufe.
¿Cómo voy a enchufar los ordenadores?
Con unos cuantos ladrones conseguíamos conectar el enchufe que estaba en otra habitación, hasta casi la puerta del aula. Una vez que conseguíamos estirar los enchufes al máximo de su capacidad, elegíamos los portátiles que tenían los cargadores más grandes, y más pequeños, para, haciendo un poco de Tetris, conseguir enchufarlos todos.
Pero eso era una tontería comparado con el problema que teníamos de electricidad.
En un pueblo donde los vecinos más afortunados tenían unas pequeñas placas solares que daban para alumbrar varias bombillas y cargar dos móviles no consecutivos, éramos unos afortunados por tener en nuestro lugar de trabajo tres placas solares. Ahora bien, estas no solían empezar a generar electricidad hasta las 9 de la mañana, y nuestras clases empezaban a las 8:30. Así que os podéis imaginar los nervios y la imaginación que había que ponerle a las clases hasta que por fin el sol calentaba lo suficiente.

¿Y Cómo es una clase de informática en un pueblo rural de Nepal?
Cada día teníamos alguna sorpresa. Aunque los grupos no eran muy numerosos, 15 personas para 5 ordenadores, siempre aparecía algún espontáneo que se colaba en clase por la ventana, ya podría ser una vaca asomando su cabeza, y golpeando cualquier objeto cercano, o algún señor mayor, que aburrido, habría la ventana como si de la Guardia Civil se tratase, y con cara sonriente se quedaba observando y gritando mientras intentabas explicar algo.
Pero lo más sorprendente era la mala planificación que se hizo sobre las necesidades de la comunidad. Así, al cabo de un tiempo, nos dimos cuenta que varios alumnos/as no sabían leer ni escribir en nepalí, y la Ong les había mandado a aprender inglés e informática sin que pudieran entender nada.
Uno de los absurdos a los que tuvimos que hacer frente con cara asombro fue la genial idea de enseñarles mecanografía. Mientras esperaba el prometido programa, me recomendaban que los alumnos dibujaran un teclado en un folio, para llevárselo a casa y allí practicar.
Lo que no tenían en cuenta, era que cada alumno tenía un promedio de una hora desde el lugar de las clases y su casa, además de que normalmente, antes o después de las clases, debían cumplir con su duro trabajo diario, como cuidar a los animales, ir a cultivar, recolectar los campos, etc. Por lo que llevar su teclado dibujado a casa no parecía algo muy factible.
¿Realmente eran útiles estas clases?
Podríamos decir que había mucho margen de mejora, empezando por nosotros mismo, con más instrumentos para dar clases, ya que ninguno éramos profesores, como un mejor material, división de grupos… A pesar de todo pudimos ver que algunos alumnos si que consiguieron aprender bastante a la hora de hablar inglés y usar un ordenador.
Pero lo que más nos impresionó fue como en el mes de febrero empezamos a notar como nuestros alumnos disminuían, no por aburrimiento, sino porque empezaban a casarse y dejaban la comunidad para ir a la casa del marido. Matrimonios concertados, sin que previamente se conocieran ni hubiese ningún tipo de relación, que se habían fijado semanas atrás, con chicas que, algunas de ellas, no llegaban a los 16 años.
Fuimos invitados a más de una de estas bodas, donde las caras de felicidad no abundaban. Aunque nos explicaron que culturalmente no podían mostrar demasiada felicidad, ya que abandonaban el núcleo paterno y podría ser considerado como una falta de respeto. Pero el verdadero problema estaba claro, el hecho de que te casen con un señor de un pueblo a 50 km de distancia que no has visto en tu vida, y te saca más de 10 años, tampoco debe ser motivo de alegría.
Además de las bodas, también notamos el efecto de la emigración. Varios de los mejores alumnos que teníamos se marcharon a trabajar a Malasia, principalmente, a ser explotados en fábricas de mala muerte que les permitirían, si conseguían regresar, ahorrar lo suficiente en unos años para comprar unas tierras y formar una familia en el pueblo.
¿Qué sensación te dejó este proyecto?
No sé si fue una mala organización, falta de ella, o simplemente los errores y problemas a los que debes de hacer frente una vez que comienzas un proyecto de cooperación desde cero en una comunidad remota. Pero una vez que ha pasado algo de tiempo, podría evaluar satisfactoriamente esta experiencia. Sin olvidar todas las revisiones que tendrían que hacer al proyecto para sea eficiente y realmente sea valioso para la comunidad.
Esta es la segunda parte de ¡Como me gusta el olor a Nepal por las mañanas! No te pierdas la Parte 1.
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Escrito por C.Benítez.
Hola! Me gustó mucho tu blog. ¿Seguís allí? Casualmente voy a Taluwa con la asociación VIN a partir de septiembre. Me encantaría que contarás más cosas… Saludos !!!
Muchas gracias Puri!
Habrá una tercera parte pero todavía no está lista. ¿Qué te gustaría saber, que info necesitas…? Si quieres, escríbeme un privado a la página del blog de facebook o un correo a hateradvisor@gmail.com y te cuento por ahí.
Por otro lado, puedes leer http://www.180diasennepal.blogspot.com
Te harás una idea aún mayor de lo que te puedes encontrar y algunos tips.
Qué bueno saber que va más gente allí.
¿Cuánto tiempo vas? ¿A qué proyecto? ¿con algún sve o por ti cuenta?